Durante las rondas de vigilancia remota, el vigilante inspecciona los principales puntos de interés de las instalaciones, así como los equipos críticos, en unos horarios acordados previamente. De esta forma, puede evitar incidencias, controlar actividades sospechosas, asegurar el cumplimiento de los procedimientos y reducir a largo plazo los gastos de seguridad y mantenimiento de las instalaciones.
Por ejemplo, este servicio puede controlar si las puertas permanecen abiertas o cerradas, si existen elementos obstaculizando una zona de paso o si los valores reflejados en un dispositivo son los correctos.
Gracias a la ronda de vigilancia remota es posible dar una respuesta inmediata y eficaz a las incidencias que se detectan. Incluso cuando los vigilantes no están disponibles, el software inteligente puede interpretar la situación y activar inmediatamente la respuesta correcta.